domingo, 21 de agosto de 2011

San Juan de Ávila , copatrono de la Jornada Mundial de la Juventud 2011

 El obispo de Córdoba bendijo un nuevo relicario para San Juan de Ávila el que con su corazón y otras reliquias está presente en Madrid.


                                       San Juan de Ávila,  maestro de Apóstoles.
                                             Por: Maria Teresa Villaverde Trujillo
                                                         ashiningworld@cox.net




El tema de la JMJ es:
«Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe»
(cfr. Col 2, 7)

Desde el Santuario donde se conservan los restos del patrón del clero diocesano, en la iglesia de la Encarnación, en Montilla, ha viajado el arca hasta la capital española ya que el santo cordobés ha sido nombrado copatrono de la Jornada Mundial de la Juventud.  Las reliquias de San Juan de Avila estarán ante el Santo Padre en una solemne misa celebrándose mañana sábado día 20 en la
Catedral Santa María la Real de la Almudena, -sede episcopal de la Archidiócesis de Madrid-, y
acompañando al Vicario de Cristo estarán cinco mil seminaristas procedentes de todo el mundo.



“...Una cruz grande de palo en su habitación de Montilla, la renuncia a las prebendas y obispados -el de Segovia y Granada-, así como el capelo cardenalicio -ofrecido por Paulo III-, son índice de la pobreza y humildad de quien “fue obrero sin estipendio..., y habiendo servido tanto a la Iglesia, no recibió de ella un real” . No renunció al episcopado por desprecio, sino por imitar al Señor y por sentirse indigno.  Su amor a la pobreza no tiene otra motivación sino un amor profundo a Jesucristo. Asistía a los pobres. Vivía limpia y pobremente y no consiguieron cambiarle el manteo o la sotana ni aun con engaño.

“...Su humildad le llevó a ser un verdadero reformador. No pudieron sacarle ningún retrato. Su predicación iba siempre acompañada del catecismo a los niños; su método catequético tiene sumo valor en la historia de la pedagogía.

“...El celo por la extensión del Reino aparece en sus obras y palabras. Las cartas a los predicadores son pura llama de apóstol. No admitía que murmurasen de nadie. La castidad la veía en relación al sacerdocio, principalmente como ministro de la Eucaristía. La devoción a María la expresa continuamente y la aconseja a todo el mundo.

“...Pero él conocía bien sus propios defectos y, por eso, pidió en las últimas horas de su vida que no le hablaran de cosas elevadas, sino que le dijeran lo que se dice a los que van a morir por sus delitos. A Juan de Ávila no le atraían propiamente las virtudes en sí mismas, sino el misterio de Cristo vivido y predicado.
Fragmentos de lo aportado por el Padre José María González Ruiz
basado en la obra del padre Juan Esquerda Bifet.

Vivió entregado al estudio de las Escrituras y a otras materias eclesiásticas. Dedicó su vida a la oración, predicación y fundación de obras apostólicas y sociales. A la enseñanza del catecismo. A la formación de sacerdotes y futuros sacerdotes. Cuando enfermo, sintiéndose muy mal pidió que se celebrara la misa de resurrección. Quiso recibir la Unción con plena conciencia. Manifestó el deseo de que su cuerpo fuera enterrado en la iglesia de los jesuitas, a los que tanto había querido en vida, deseaba dejarles su cuerpo en muerte, ...era el 10 de mayo de 1569.
Vivió entregado al estudio de las Escrituras y a otras materias eclesiásticas. Dedicó su vida a la oración, predicación y fundación de obras apostólicas y sociales. A la enseñanza del catecismo. A la formación de sacerdotes y futuros sacerdotes. Cuando enfermo, sintiéndose muy mal pidió que se celebrara la misa de resurrección. Quiso recibir la Unción con plena conciencia. Manifestó el deseo de que su cuerpo fuera enterrado en la iglesia de los jesuitas, a los que tanto había querido en vida, deseaba dejarles su cuerpo en muerte, ...era el 10 de mayo de 1569.


Relicario que guarda las reliquias de San Juan de Ávila,
  sufragado por el presbiterio diocesano de Córdoba en homenaje a su santo patrono.


Santa Teresa, al enterarse de la muerte de Juan de Ávila,
se puso a llorar y, preguntándosele la causa, dijo:
“Lloro porque pierde la Iglesia de Dios una gran columna”.




Agosto 19, 2011




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